Relato Tributo

Mientras leo el terror impío de H.P. Lovecraft¹ me pregunto si será posible imitarlo, llevar una vez más a esta tierra uno de sus profundos terrores cosmológicos y criaturas imposibles. Eso me preguntaba mientras leía uno de sus cuentos sin sospechar ni una sola vez lo reales que podían llegar a ser. La historia que les cuento, es de completa pesadilla y puede ser atribuida a alguien loco con la mente rota. Pues yo les digo que crean cada una de estas palabras y que sirva para que alguien se salve de lo que yo viví.

Era una lluviosa noche de octubre, varios relámpagos centellaban en la lejanía y por unos momentos todo era luz. Estaba en mi propia casa cuando se produjo un corte de la electricidad y me impidió continuar recorriendo las ignotas tierras de Azeroth².
Ciego por unos momentos decidí acostarme y descansar hasta que pasara la tormenta y la oscuridad. Sin darme cuenta desperté cuando era de día, con un frío temor recorriéndome la piel y sin recordar haber soñado, al principio pensé que simplemente se trataba de simple pesadilla y seguí con mi jornada habitual.
En el instituto hable con varios de mis amigos y uno de ellos sugirió que nos juntáramos en su casa.
-¿Otra partida de rol de "La Llamada de Cthulhu³"?- pregunto uno de nosotros, ahora no recuerdo concretamente quien fue.
-Para nada, vayan y verán a que me refiero-
Regrese a casa como todos los días y me prepare para ir a la casa de amigo, tome mi bolsa de dados y mis anotaciones que frecuento escribir en las partidas, nunca podrían creer las cosas que ocurren esa partida, tanto algunas muy graciosas como otras totalmente inesperadas. Camine por las calles que antiguamente tan bien conocía pero ahora me parecían tan ajenas y distantes. Toque al timbre, pero este no sonó. Llame a la puerta y rápidamente abrió mi amigo invitándome a pasar.
-El timbre se arruino en la noche de la tormenta- dijo conduciéndome a su habitación donde habían numerosos personajes que nos observaban de las paredes, y en el suelo estaba dibujado un circulo con numerosas y extrañas formas. Mire a mí alrededor creyendo que simplemente se trataba de una simple broma, pero para mi sorpresa descubrí numerosos libros de ocultismo. Leí el titulo de varios de ellos, pero ninguno se me hacia conocido, excepto uno que creía haber leído sobre él en algún lugar sin recordar concretamente donde. Su textura era de cuero y un símbolo pagano adornaba la tapa con macabro placer, el titulo en letras rojas era "Necronomicón⁴".

Nos colocamos alrededor del circulo y mi amigo fue pronunciado las mágicas palabras, me sentía mareado, envuelto en un extraño sopor, sabia que no tenia que estar aquí, sabia muy bien que tenia que salir de aquí antes que la criatura que fuera convocada emergiera de su prisión y nos devorada a todos. Con un espantoso alarido empuje a uno de ellos y corrí con la esperanza de salvarme, de alejarme de lo que posiblemente saliera de allí. Corrí sin descanso, llevado por un temor que no era de este mundo huyendo de criaturas que no conocían la extenuación y cada vez estaban más cerca a punto de atraparme. Llegue agotado a un callejón sin salida, desesperado busque un lugar a donde huir, pero solo me encontré con esa repulsiva sombra que me observaba donde yo había llegado. Se bamboleo con suavidad juguetonamente y sabia que este era mi fin. Solo ahora me di cuenta del significado de mi pesadilla, solo ahora me di cuenta que era una advertencia a lo que ocurrió realmente en la casa de mi amigo, de las sanguinarias criaturas que los devoraron mientras yo observaba con evidente espanto dibujado en mi rostro. Con una sonrisa macabra recibí lo que pronto venia y nada de lo que hiciera me libraría de los perros de Tíndalos⁵.